La práctica de usar máscaras de brida, que cubren parcialmente la cara con una nariz grande y una boca dentada, un anillo en el cuello con bisagras y una campana suspendida en la parte superior de la cabeza, probablemente se originó en Alemania. entre 1550 y 1800.
El uso de bridas (también conocidas como ‘frenas’) se desarrolló en Gran Bretaña en el siglo XVI y se extendió a los países del norte de Europa, incluida Alemania. Estos dispositivos han sido documentados históricamente como una forma de castigo misógino, destinado a “chismorrear” o “regañar” a las mujeres, aunque hay evidencia de que también se usaban con hombres.
Máscara de brida de Scold que cubre parcialmente la cara, nariz grande y boca dentada, anillo de cuello con bisagras y campana suspendida en la parte superior de la cabeza, probablemente alemana, 1550-1800 Fondo gris graduado.
El término “reñir” era una designación legal para alguien que se consideraba que había perturbado la paz a través de su discurso, ya fuera por peleas, borracheras o calumnias. Más allá de humillar al usuario, la brida fue diseñada para impedir hablar, lo que refleja una cultura de reprimir a las mujeres francas o a aquellas que no se ajustan a las expectativas sociales. Cuando se usaba en hombres, normalmente era para castigar la blasfemia o como método para restringir a los prisioneros.
Hubo diferencias notables basadas en el género en cómo se aplicaron estos castigos. Los hombres tendían a ser enviados a los cepos o a las picotas, mientras que las mujeres eran exhibidas públicamente con máscaras decoradas, que a veces incluían rasgos animales con la intención de avergonzarlas aún más. Este ejemplo particular tiene una campana adjunta para crear ruido adicional y llamar la atención sobre el usuario. La mayoría de las bridas incluían mordazas, a veces con una púa, que se insertaban en la boca para sujetar la lengua.
Los registros del uso de bridas son escasos, posiblemente porque se consideraba una forma ilegal de tortura en Inglaterra. Sin embargo, se han informado casos hasta mediados del siglo XIX. Este ejemplo específico fue adquirido en una subasta para la colección del museo de Sir Henry Wellcome en 1935, aunque se sabe poco sobre su historia detallada.